Santiago. Al menos 81 millones de niños y jóvenes viven en situación de pobreza en América Latina y el Caribe, cifra que fue calificada como “dramática” por el representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Chile, Gary Stahl.
“La cifra de 81 millones de niños que sufren alguna privación, que entregó un estudio conjunto de Unicef y la Cepal, habla muy mal del futuro de esta región”, señaló Stahl, quien dijo que la situación es diferenciada y registra mejorías en algunos países.
Subrayó que en América Latina, donde la concentración de la riqueza y las disparidades entre ricos y pobres y la inequidad es de extrema gravedad, “enfrentar la pobreza infantil es una tarea ética, social, política y económica ineludible”.
Stahl indicó que, si bien se registra un progreso en general en la región, “lo cierto es que hay 81 millones de ciudadanos del futuro que no van a poder ejercer su ciudadanía plena por la falta de oportunidades en la infancia”.
El representante de la Unicef en Chile enfatizó que “la mejor manera de romper con el ciclo de la pobreza es con la infancia. Es mucho más efectivo desde una perspectiva económica”.
“Hay un estudio del norteamericano Lawrence H. Summers, que fue presidente de la Universidad de Harvard, que cada dólar invertido en la educación de una niña en una sociedad repercutía en siete dólares para la economía”, apuntó.
Recalcó que “invertir en la educación de los niños es la mejor inversión que puede hacer un gobierno en términos económicos”.
El experto advirtió que hay zonas de la región donde ha habido menos progreso y existe una situación crítica, como América Central y en particular en Haití, que además fue asolado por una crisis política y social, el terremoto y el cólera.
En el caso de Chile, precisó, en 1990 el 50.7 por ciento de las personas menores de 18 años eran pobres, mientras que en 2006 la tasa oficial bajó a 20.6 por ciento.
Stahl indicó que la Unicef recomienda a los países “que sigan invirtiendo en la infancia, comenzando por la primera infancia, y que sigan refinando las políticas sociales que tienen apuntadas a los más pobres y a los que sufren más privaciones”.
“Cuando comienzan los primeros años de vida sin acceso a un cuidado de salud, sin tener acceso a un servicio de estimulación temprana, en un hogar donde los padres no tienen mayor nivel de escolaridad, ya comenzó mal y es muy difícil y costoso recuperarse”, anotó.
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